A menudo tenemos gente que se detiene en nuestro puesto y que está intrigada por las descripciones de las propiedades curativas de cada piedra, pero que no tiene conocimiento previo de su sistema de chakras, y que se muestra escéptica en cuanto a cómo las piedras pueden producir cambios en sus vidas. Lo siguiente es nuestro manual para aquellos que son nuevos con estos increíbles aliados del cristal.
No es magia, es ciencia.
Nuestro sistema nervioso central es un sistema eléctrico, y cada campo eléctrico tiene una frecuencia específica. Este sistema corre a lo largo de la columna vertebral, y, al igual que las frecuencias en la radio de un coche se relacionan con estaciones de radio específicas y su programación asociada, hay grandes centros de energía a lo largo de la columna vertebral que vibran a frecuencias fijas y tienen centros nerviosos específicos asociados con ellas.
Siete de estos centros nerviosos son llamados los chakras mayores: la raíz, el sacro, el plexo solar, el corazón, la garganta, la frente y la corona, con el chakra de la raíz localizado en la base de la columna vertebral y la vibración más baja, y el chakra de la corona localizado en la parte superior de la cabeza y la vibración más alta. De manera similar, el espectro de color de la luz visible tiene seis frecuencias principales: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta, siendo el rojo el que tiene la frecuencia más baja y el violeta el más alto. Cada uno de estos colores vibra con una frecuencia que resuena con su correspondiente chakra: Rojo – Raíz, Naranja – Sacro, Amarillo – Plexo Solar, Verde – Corazón, Azul – Garganta, y Violeta – Ceja, con el séptimo, o Chakra de la Corona, estando asociado con el blanco, el color de todo el espectro de luz visible.
Con esta comprensión básica de la conexión entre el color, la vibración y el sistema nervioso central, la pregunta es: «¿Cómo pueden ayudar las piedras?». Ayudan al proporcionar una vibración consistente con la que podemos «sintonizarnos» de forma muy parecida a un timbre que ayuda a un coro a comenzar con una nota en particular, proporcionando así al chakra correspondiente una plantilla que, cuando se armoniza con ella, facilitará el libre flujo de energía y se puede sintonizar con la frecuencia que se relaciona con una cuestión física o metafísica en particular.
Este flujo libre de energía entre los chakras puede hacer una gran diferencia en nuestra vida diaria. ¿Alguna vez has tenido problemas para convertir un sueño en realidad? Piedras amarillas como el Citrino y el Heliodor ayudan al libre flujo de energía entre el chakra sacro, la fuente de creatividad, y el chakra del plexo solar, que se relaciona con la fuerza de voluntad y la manifestación. ¿Tiene una gran presentación que hacer? Piedras azules como la turquesa y el ágata azul de encaje pueden limpiar tu chakra de la garganta y ayudarte a encontrar las palabras correctas.
Más y más, la ciencia se está poniendo al día con la sabiduría de los tiempos, y reconociendo el poder curativo de los cristales es una parte integral de este despertar.